
El otoño en Uruguay es un momento ideal para escaparte con la carpa y meterte de lleno en la naturaleza. El fresco empieza a sentirse, los paisajes se tiñen de dorado y el aire trae ese olorcito a eucalipto y leña que te hace desconectar del ruido de la ciudad. Ya sea que te vayas para las sierras de Minas, las costas de Rocha o un rincón perdido en el interior, acampar en esta época tiene su magia. Para que tu experiencia sea un éxito y no te agarre desprevenido, te traemos esta guía con consejos prácticos bien uruguayos.
Preparativos Antes de Salir
Elegí el lugar justo
Uruguay tiene campings para todos los gustos: el Parque Santa Teresa en Rocha, con sus playas y bosques, o el Valle del Lunarejo en Rivera, con cerros y cascadas, son joyitas otoñales. Si preferís algo más tranqui, buscá un terreno privado en el campo —preguntale a algún conocido o buscá en redes—. Chequeá que tenga baño o un río cerca y fijate el pronóstico: el otoño puede traer chubascos y ventarrones.
Armá el equipo como campeón
La carpa tiene que ser resistente al agua y al viento —doble techo es clave—. Llevá un sobre de dormir abrigado (el frío de la noche se siente), una colchoneta inflable o aislante para no dormir directamente en el suelo, y una lona para poner debajo y protegerte de la humedad. No te olvides del termo, el mate, una linterna potente y una batería portátil para el celular.
Ropa para el clima otoñal
Vestite en capas: remera liviana, buzo de algodón, campera abrigada y un pilotín por si llueve. Unas botas de trekking o zapatillas con buen agarre son un golazo para caminar por el barro o las piedras. Llevá medias de lana, gorro y bufanda para la tardecita, que el fresco otoñal pega lindo.
En el Camping: Tips para Disfrutar
Montá el campamento con cabeza
Buscá un lugar plano, lejos de ramas que puedan caer con el viento, y cerca de árboles que te corten la brisa. Si hay río o arroyo, mantenete a unos metros para evitar sorpresas si sube el agua. Clavá bien las estacas de la carpa y poné piedras encima de la lona para que no se vuele.
Fuego y comida: El alma del campamento
Hacé un fogón con leña seca —en muchos campings venden o podés juntar, pero ojo con las reglas del lugar—. Llevá una parrilla chica o una olla para cocinar algo fácil: chorizos, papas al plomo o un guiso de lata para calentarte. Para el mate, cargá yerba de sobra y un tarro con azúcar o yuyos. De postre, unas manzanas asadas con un toque de canela son un lujo otoñal.
Cuidá el entorno
Acá somos de cuidar lo nuestro: no dejes basura (llevá una bolsa para traer todo de vuelta), no cortes ramas vivas y apagá bien el fuego antes de dormir o irte. Si ves bichos como yararás o arañas, dejálos en paz —es su casa, no la tuya—.
Bienestar y Actividades
Aprovechá el día
Salí a caminar por los senderos, sacá fotos de los cerros o las hojas cayendo, o sentate a mirar el río con un mate en la mano. Si estás cerca de la costa, una caminata por la playa al atardecer es imbatible. Llevá un cuaderno para anotar lo que ves o simplemente para desconectar.
Noche tranqui
El cielo otoñal uruguayo es un espectáculo: las estrellas se ven claritas si no hay nubes. Armate un mate, contá historias con los compañeros o escuchá el ruido de los grillos. Si hace frío, metete en el sobre de dormir con una botella de agua caliente (llenala con el termo).
Seguridad primero
Avisá a alguien dónde vas a estar y llevá un botiquín básico: curitas, alcohol, analgésicos y algo para picaduras. El celular puede no tener señal en el interior, así que un mapa en papel o una brújula no están de más.
Últimos Toques
Llevá repelente para los mosquitos que todavía rondan, una manta extra para sentarte afuera y una botella grande de agua por si no hay potable cerca. Acampar en otoño es meterse en el corazón de Uruguay: el canto de los pájaros, el olor a tierra húmeda y la paz de estar lejos de todo. ¡A disfrutarlo a lo grande!